viernes, 29 de agosto de 2014

30 ANIVERSARIO


VERSION TAQUIGRAFICA VISITA COORDINADORA D JUBILADOS A COMISION D ASUNTOS LABORALES Y SEGURIDAD SOCIAL DEL SENADO.



 VERSION TAQUIGRAFICA VISITA COORDINADORA D JUBILADOS A COMISION D ASUNTOS LABORALES Y SEGURIDAD SOCIAL DEL SENADO.

(Ingresan a Sala representantes de la Coordinadora de Jubilados y Pensionistas del Uruguay.)
SEÑOR PRESIDENTE.- La Comisión tiene el gusto de recibir a integrantes de la Coordinadora de Jubilados y Pensionistas del Uruguay. Nos acompañan las señoras Felisa Alonso e Irma Mateos y los señores Juan Cabrera, Héctor Morales, Mario Trápani, Heber de los Santos y Ruben Charquero, quienes solicitaron una entrevista para plantear varios temas relacionados con la seguridad social.
SEÑOR MORALES.- En primer lugar, queremos agradecerles por la rapidez en que nos concedieron la entrevista.
            Estamos en una campaña de sensibilidad ante el Parlamento. Integramos una organización de jubilados que, desde hace mucho tiempo, sigue haciendo los mismos reclamos que hizo a los gobiernos anteriores y que nunca han sido atendidos.
            Queremos contarles, por ejemplo, sobre el maltrato hacia los adultos mayores en el Banco de Previsión Social, más allá de que existen casos excepcionales, queridos compañeros, tanto en la sede central, como en muchas de sus filiales. Pero, también tenemos de los otros porque, como dije, hay maltrato hacia los viejos, lo que es realmente injusto porque no se tiene en cuenta que quienes van a hacer una gestión, que van a hacer un reclamo, son personas de edad que ya no tienen la misma capacidad auditiva ni oral.
Esto que acaba de ocurrir ahora, aquí, es una especie de maltrato: los Senadores que se levantan porque no nos quieren escuchar.
SEÑOR PRESIDENTE.- Perdone, pero resulta que hubo una descoordinación y varias Comisiones comenzaron a sesionar en los mismos horarios. Esta Comisión comenzó a las tres de la tarde, pero la reunión se fue alargando.
SEÑOR MORALES.- Ayer estuvimos en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes y cuando empezamos a hablar a dos Diputadas que la integran no les gustó, se levantaron y se fueron. Eso también es parte del maltrato que queremos denunciar. Además el señor Senador que se levantó ni siquiera me saludó; por  una cuestión de educación tendría que hacerlo; pero son las reglas del juego porque fuimos cuña del mismo palo.
En el interior del país nosotros constatamos severo maltrato  en varias filiales del Banco de Previsión Social, por ejemplo en la ciudad de Libertad, en Cebollatí, en Treinta y Tres. También sucede aquí en Montevideo, por ejemplo, en la Unión hay un señor o una señora gerenta que ni siquiera deja que los viejitos entren al baño cuando están haciendo cola en la calle, para cobrar o para hacer algún trámite. Eso es algo imperdonable, es un retroceso del ser humano en el tiempo porque, en la época de las cavernas, el viejo era el centro del cariño de la tribu, fuente de respeto y fuente de consulta.
            Recuerdo las palabras pronunciadas por el exPresidente Vázquez el 1º de marzo de 2005, en las escalinatas que dan a la Avenida del Libertador, cuando dijo que había llegado el momento en que ser viejo en el Uruguay dejaba de ser una condena. Le acertó, no es una condena, es un martirio, es insufrible ser viejo en Uruguay.
Por denunciar las cosas que denunciamos nosotros estamos excomulgados de la prensa; la prensa no nos escucha, no nos atiende, y cuando nos hacen una nota no la pasan. Un día le pregunté a un conocido periodista de uno de los canales de aire qué había pasado con una nota que nos habían hecho  y que no había salido. Él me dijo que no me lo había querido decir para no amargarme, pero lo que sucedía era que el editor cortaba las notas que nos hacían. Le pregunté por qué, textualmente le dije: “¿Qué tenemos nosotros? ¿Tenemos bichos?” -fue algo que se me ocurrió en el momento- y me contestó que lo que no teníamos era propaganda oficial y que los que la tenían no querían que nosotros habláramos.  Esas fueron las textuales palabras de ese periodista.

La COORDINADORA en el PARLAMENTO




(Ingresan a Sala representantes de la Coordinadora de Jubilados y Pensionistas del Uruguay.)
SEÑOR PRESIDENTE.- La Comisión tiene el gusto de recibir a integrantes de la Coordinadora de Jubilados y Pensionistas del Uruguay. Nos acompañan las señoras Felisa Alonso e Irma Mateos y los señores Juan Cabrera, Héctor Morales, Mario Trápani, Heber de los Santos y Ruben Charquero, quienes solicitaron una entrevista para plantear varios temas relacionados con la seguridad social.
SEÑOR MORALES.- En primer lugar, queremos agradecerles por la rapidez en que nos concedieron la entrevista.
            Estamos en una campaña de sensibilidad ante el Parlamento. Integramos una organización de jubilados que, desde hace mucho tiempo, sigue haciendo los mismos reclamos que hizo a los gobiernos anteriores y que nunca han sido atendidos.
            Queremos contarles, por ejemplo, sobre el maltrato hacia los adultos mayores en el Banco de Previsión Social, más allá de que existen casos excepcionales, queridos compañeros, tanto en la sede central, como en muchas de sus filiales. Pero, también tenemos de los otros porque, como dije, hay maltrato hacia los viejos, lo que es realmente injusto porque no se tiene en cuenta que quienes van a hacer una gestión, que van a hacer un reclamo, son personas de edad que ya no tienen la misma capacidad auditiva ni oral.
Esto que acaba de ocurrir ahora, aquí, es una especie de maltrato: los Senadores que se levantan porque no nos quieren escuchar.
SEÑOR PRESIDENTE.- Perdone, pero resulta que hubo una descoordinación y varias Comisiones comenzaron a sesionar en los mismos horarios. Esta Comisión comenzó a las tres de la tarde, pero la reunión se fue alargando.
SEÑOR MORALES.- Ayer estuvimos en la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Representantes y cuando empezamos a hablar a dos Diputadas que la integran no les gustó, se levantaron y se fueron. Eso también es parte del maltrato que queremos denunciar. Además el señor Senador que se levantó ni siquiera me saludó; por  una cuestión de educación tendría que hacerlo; pero son las reglas del juego porque fuimos cuña del mismo palo.
En el interior del país nosotros constatamos severo maltrato  en varias filiales del Banco de Previsión Social, por ejemplo en la ciudad de Libertad, en Cebollatí, en Treinta y Tres. También sucede aquí en Montevideo, por ejemplo, en la Unión hay un señor o una señora gerenta que ni siquiera deja que los viejitos entren al baño cuando están haciendo cola en la calle, para cobrar o para hacer algún trámite. Eso es algo imperdonable, es un retroceso del ser humano en el tiempo porque, en la época de las cavernas, el viejo era el centro del cariño de la tribu, fuente de respeto y fuente de consulta.
            Recuerdo las palabras pronunciadas por el exPresidente Vázquez el 1º de marzo de 2005, en las escalinatas que dan a la Avenida del Libertador, cuando dijo que había llegado el momento en que ser viejo en el Uruguay dejaba de ser una condena. Le acertó, no es una condena, es un martirio, es insufrible ser viejo en Uruguay.
Por denunciar las cosas que denunciamos nosotros estamos excomulgados de la prensa; la prensa no nos escucha, no nos atiende, y cuando nos hacen una nota no la pasan. Un día le pregunté a un conocido periodista de uno de los canales de aire qué había pasado con una nota que nos habían hecho  y que no había salido. Él me dijo que no me lo había querido decir para no amargarme, pero lo que sucedía era que el editor cortaba las notas que nos hacían. Le pregunté por qué, textualmente le dije: “¿Qué tenemos nosotros? ¿Tenemos bichos?” -fue algo que se me ocurrió en el momento- y me contestó que lo que no teníamos era propaganda oficial y que los que la tenían no querían que nosotros habláramos.  Esas fueron las textuales palabras de ese periodista.
            La vida prueba eso; todos los días nos hacen notas. Ayer cuando denunciamos ante la prensa la conducta de estas dos Diputadas que se levantaron cuando comenzamos a hablar en el edificio anexo, el hecho le interesó a un solo medio de prensa, CX 36 Radio Centenario, que nos hizo una nota, pero los demás se fueron todos. Les dijimos que eso había ocurrido nada más y nada menos que en la Comisión de Derechos Humanos, que miraran nuestras caras y que calcularan las edades de las personas que habíamos ido. Había sido una falta de respeto perversa, pero la prensa ya está amenazada de que si nos hacen notas les sacan la propaganda oficial.